Un elemento de gran tradición en el movimiento scout es la Oración Scout.
Sus líneas son repetidas al iniciar y terminar cada actividad. Sin embargo, en muchas ocasiones sólo repetimos lo que otro más dice o lo que aprendimos de memoria, sin detenernos a reflexionar en las palabras que encierra.
La Oración Scout nos menciona aspectos que no debemos olvidar en nuestra vida diaria y que son válidas no sólo para un scout sino para todo aquél que decida hacer estas frases suyas:
Sus líneas son repetidas al iniciar y terminar cada actividad. Sin embargo, en muchas ocasiones sólo repetimos lo que otro más dice o lo que aprendimos de memoria, sin detenernos a reflexionar en las palabras que encierra.
La Oración Scout nos menciona aspectos que no debemos olvidar en nuestra vida diaria y que son válidas no sólo para un scout sino para todo aquél que decida hacer estas frases suyas:
Señor,
enséñame a ser generoso,
a servirte como lo mereces,
a dar sin medida,
a combatir sin miedo a que me hieran,
a trabajar sin descanso
y a no buscar más recompensa,
que saber que hago tu voluntad.
enséñame a ser generoso,
a servirte como lo mereces,
a dar sin medida,
a combatir sin miedo a que me hieran,
a trabajar sin descanso
y a no buscar más recompensa,
que saber que hago tu voluntad.
Esta oración no es una que pida aspectos materiales al Señor, no es una oración que le pida por protección o defensa contra nuestros enemigos. No, la oración scout le pide a Él que nos enseñe el darnos a los demás sin poner límite alguno, que acometamos en contra de quienes nos atacan y lastiman sin temor alguno, que podamos realizar acciones sin sentir cansancio. Todo ello como el Señor lo hizo cuando estuvo entre nosotros. Pero sobre todo esta oración pide al Señor que distingamos que la única recompensa que podemos obtener es la de saber que hacemos lo que Él quiere, y no lo que nosotros queremos. ¡Qué difícil es poder pedir esto al Señor! Estamos tan acostumbrados a hacer nuestra voluntad que se nos olvida que hay una voluntad superior que tiene una misión para cada uno de nosotros y que seguramente no tiene nada que ver con la soberbia, con el egoísmo, con la hipocresía, con el daño al prójimo.
El momento de oración, ya sea en solitario, o en comunidad, como suele ser en el movimiento scout, es una oportunidad maravillosa para ponerse en contacto con el Señor y ofrecerle todo lo que nos disponemos a realizar o agradecer por habernos dado la oportunidad de haber podido hacer algo en conjunto. No es parte de una rutina, es un elemento esencial que no puede faltar, teniendo la profundidad que amerita.
Cada uno de nosotros puede hacer de ese momento uno muy especial. Un momento en el que recuerde aquellas ocasiones en las que no hemos sido lo suficientemente generosos. Aquellos momentos en los que nos hemos reservado para nosotros algo que podíamos haber brindado a los demás y no lo hicimos por egoísmo o simplemente por desidia. Aquellas veces en que no hemos servido como el Señor se lo merece, cuando nuestras capacidades o nuestros conocimientos no llegaron a aquellos que lo necesitaban, sólo porque no son mis amigos. Aquellas ocasiones en las que nos acobardamos ante un desafío que la vida nos presentaba, cuando el temor a ser lastimado nos hizo detenernos y permitir que sucediera una injusticia. Aquellos instantes de flaqueza en los que nos sentimos desfallecer y el cansancio nos hizo desistir de poder brindar nuestra ayuda al que lo necesitaba.
Pidamos pues al Señor, a través de esta oración que nos enseñe todo esto y que no nos deje buscar otra cosa que no sea hacer su voluntad.
Siempre listo para servir
Raúl Sánchez Vaca
Jefe scout nacional
El momento de oración, ya sea en solitario, o en comunidad, como suele ser en el movimiento scout, es una oportunidad maravillosa para ponerse en contacto con el Señor y ofrecerle todo lo que nos disponemos a realizar o agradecer por habernos dado la oportunidad de haber podido hacer algo en conjunto. No es parte de una rutina, es un elemento esencial que no puede faltar, teniendo la profundidad que amerita.
Cada uno de nosotros puede hacer de ese momento uno muy especial. Un momento en el que recuerde aquellas ocasiones en las que no hemos sido lo suficientemente generosos. Aquellos momentos en los que nos hemos reservado para nosotros algo que podíamos haber brindado a los demás y no lo hicimos por egoísmo o simplemente por desidia. Aquellas veces en que no hemos servido como el Señor se lo merece, cuando nuestras capacidades o nuestros conocimientos no llegaron a aquellos que lo necesitaban, sólo porque no son mis amigos. Aquellas ocasiones en las que nos acobardamos ante un desafío que la vida nos presentaba, cuando el temor a ser lastimado nos hizo detenernos y permitir que sucediera una injusticia. Aquellos instantes de flaqueza en los que nos sentimos desfallecer y el cansancio nos hizo desistir de poder brindar nuestra ayuda al que lo necesitaba.
Pidamos pues al Señor, a través de esta oración que nos enseñe todo esto y que no nos deje buscar otra cosa que no sea hacer su voluntad.
Siempre listo para servir
Raúl Sánchez Vaca
Jefe scout nacional
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