Anécdota 1
Nos corrieron del IMSS
Por si no lo sabían… (y por si no te acordabas) las juntas se hacían primeramente en el terreno del seguro social (IMSS). En la parte de enfrente iniciábamos con la oración y los juegos los hacíamos en el terreno de atrás. Era muy padre cuando llovía porque después de la enlodada nos “bañábamos” en las chorreras que tiene el edificio.
¿¿¿Por qué se dejaron de hacer las juntas en ese lugar???
Muy simple: nos corrieron por escandalosos
Al inicio de la junta... A cada inicio de juego… echando porras… al terminar la junta… en todo momento, pues. Era escuchar el, a veces no entendible, griterío: Scouts siempre!!!... Águilas!!!… marinas!!!... Zorros!!!.. Cuervos!!! Manada, manada, manada!!!!... Antilopes!!!... Por mar y tierra triunfaremos!!!!....siempre listos!!!... Manaaaada!!!!... Astucia!!!... La buena acción hasta el fin!!!... ¡¡¡¡viva cristo rey!!!!!
Hasta la piel se enchinaba...
Anécdota 2
El clavado más chistoso.
Hace mucho, mucho tiempo en una galaxia muy lejana…. En un campamento kiowas en playa azul, se llevaron a cabo las olimpiadas scouts. Dentro de las competencias estaba la de “el clavado más chistoso”. Muchos intentaron hacerlo con muecas, cayendo mal al agua, volteretas, etc, etc, etc. Pero el que se voló la barda fue…. (omito su nombre por prudencia jejeje) que se desnudó y se amarró un moño rojo en el … allí…. Y se aventó… jajajajjaja
N.b. ¡¡¡fue descalificado por impúdico!!!
Anécdota 3
La llegada al cosahuico
Siempre en busca de nuevas aventuras (no sabíamos que inventar) vimos a los lejos, en la punta del cerro se vislumbrara un erguido e imponente árbol y casi a la vez pensamos lo mismo: “hay que ir allá”… Nos preparamos para ser los descubridores de ese lugar. Bien armados con machetes (uno) y… ps nada más jajajajaja pero con muchas ganas salimos a la aventura. Tendimos el camino directo, entre la maleza, sobre piedras y espinos… abriendo sendero por medio cerro, terrenos de selva virgen fueron pisados por nuestros adolescentes e inexpertos pies… varias horas pasaron y ese árbol parecía inalcanzable, hasta que ¡¡por fin!! Vimos a unos cuantos metros la meta tan anhelada… Prácticamente corrimos a ver nuestro nuevo y gran descubrimiento. Íbamos dispuestos a bautizar el lugar con algún nombre que representara el esfuerzo hecho durante ese día, pero… oh! Sorpresa….
…ya estaba habitado…
Jajajajaja salimos de entre la maleza, todos arañados, sudados, mugrosos, cansados… eso sí, con una sonrisota… y la gente de ese lugar, que vivían precisamente en rededor de ese árbol se nos quedaba viendo con cara de: ¿¿¿¿y estos???? Saludamos, platicamos con la gente. Nos dijo que el árbol y el lugar se llamaba: “el cosahuico”. No recuerdo si en la primera o segunda ida a ese lugar, chucho gómez se puso el reto de trepar el árbol... Muy alto, por cierto, como de unos 20mts o más. Se subió, y estando arriba se dio la facilidad de colocar una gran cuerda que a manera de polea podía subir a los demás.
En ese entonces yo y otros más, pues… éramos unos chiquillos como de 11-12años que no pesábamos mucho. Así que se daban vuelo tirando de la cuerda, hasta rebotábamos cuando jalaban. Queeeeeeee montaña rusa? O de esos juegos de six flags???? Nada!!! Allí si se sentía la vibra!!!!!
Anécdota 4
El vinagrillo
En otra ocasión, tuvimos una caminata para… ni recuerdo que reto era… pero volvimos a ir al cosahuico. Íbamos… fernando dorantes (el hijo de cuiti); kristel vivanco y yo (padrecito) aaah y chicle, que fue el que nos llevó, pero el muy desgraciado se regresó el mismo día y a nosotros nos dejó allí para que pasáramos la noche. Obviamente nos fuimos a despoblado. Todo iba marchando muy bien, levantamos nuestro refugio debajo de un árbol. (en este tiempo aún no se hablaba de casas de campaña). Llegada la noche, se dejó caer un aguacero terrible y con tormenta electriza. Ya se imaginarán… lluvia que no dejaba ver ni ma….s de un metro delante de nuestro. Truenos por todos lados y a cada rato… el refugio se nos inundo y el agua se veía para largo, así que… pues decidimos en común acuerdo (el miedo no anda en burro) ir hacia las casas a pedir refugio.
Casi nos perdemos, ya que no lográbamos ver nada, gracias a dios, que siempre nos ha cuidado en esas experiencias scouts, llegamos con bien y la gente nos recibió y nos dejó quedarnos en un techado que utilizaban para guardar herramienta. Nos quitamos la ropa mojada, nos dispusimos a dormir y en eso… con la lámpara descubrimos un canijo bicho con tenazas como de alacrán y cola como de tijerilla pero grande…. Y salimos con piernas, así en calzón como estábamos, con un zapato en un pie y sin nada en el otro, tropezándonos con todo jajajajaja…
Reportamos el animal con el dueño y nos dijo que era un vinagrillo, que no tengamos cuidado, nada más que no nos fuera a orinar en la piel porque se podría… Está demás decir que casi ni dormimos, verdad.
Anécdota (¿¿¿cuál va???)
Ay nanita…
En una ocasión invitaron a pelón a dar un tema y andaba yo por el rumbo y me invitó. Y como soy facilote para esas cosas acepté acompañarlo. El tema iba ser en un camping que hicieron en el terreno de santa anita, rumbo a playa azul. El tema era durante la noche, así que primero que nada, fuimos a su casa a traer una lámpara, emprendimos el camino y hasta que nos llenó del todo la oscuridad, sacó la poderosa linterna y… fue entonces donde nos dimos cuenta que… las pilas estaban bajas y no salía más que una minúscula luz que no iluminaba ni el paso que dábamos. En fin!... Ya íbamos encaminados. Continuamos así… y a lo lejos escuchamos gritos y vimos luces de lámparas, nos enfocaban y gritaban, pero no quisimos hacer ruido para no provocar a nadie... Cuando llegamos a donde estaban esas luces… nos vimos encañonados por unos tipos con escopetas que andaban de cacería o cuidando sus terrenos y que nos dicen: “que onda chavos… qué hacen por aquí?...” Con un nido (porque no era, nudo, sino nido) en la garganta explicamos quienes éramos y a dónde íbamos y nos dejaron pasar.
Esto aun no termina…
Al llegar al lugar donde se habría de dar el tema, se contactó con el encargado del campamento y nos dejó la libertad para escoger el lugar donde sedaría la charla. Casualmente, cerca de allí había un panteón, y… pinche pelón quiso darlo ahí. Nos adelantamos y mientras esperábamos a los chavos platicábamos y me preguntaba… ¿¿ya vendrán?? Yo me asomaba a la vereda y veía una especie de nube multiforme pero no quise decirle, pensé era un engaño visual y yo le decía que no veía a nadie y le devolvía la pregunta… ¿tú no ves a nadie? Se asomaba, pero me respondía que no veía nada. Así como cuatro o cinco veces… hasta que llegaron los chamacos. Ya después del tema, mucho más relajados y tomando café junto a la fogata, que me comenta pelón: no quise decirte, pero cuando estábamos esperando la flota… veía algo a lejos, no distinguía bien pero era algo… y por eso te preguntaba si no veías algo. Respondí: ¡no manches!!! Yo también lo vi… pero tampoco quise decir nada. Que bueno que no dijimos nada… porque no llevábamos papel de baño.
Otra más
¡No contabas con mi astucia!
En una campamento en la famosa poza de KA. Nos tocaba el turno de vela a Huevo (Adán Alverdín) y a mi (Padrecito). Era el turno más pesado, esas horas en las que ya te habías encarrerado en el sueño y de repente: “¡Despierta!, ya te toca”. Salimos a velar y en los primeros minutos vimos unos pedazos de cartón que estaban sobre el pasto y nos recostamos sobre ellos… y nos quedamos dormidos. A la mitad del turno de vela que nos tocaba, que nos cachan los rovers que andaban por allí cuidándonos y que nos despiertan diciendo: ¿a ustedes son los que les toca velar?... y huevo respondió inmediatamente casi dormido:
“sí, pero estamos pecho tierra para que no nos vea el enemigo” jajaja Nada más por esa, nos perdonaron el castigo
¡Balseada!
En aquellos buenos tiempos en que no mediamos conscientemente los peligros y los riesgos… jejeje se realizaron muchas balseadas. Regularmente se hacían a lo largo del río de “la maquinaria”, cuando iba un poco crecido (para que tuviera emoción). Una de esas tantas balseadas (en la primera en la que participé) fue una competencia entre patrullas. Yo pertenecí siempre a la patrulla Águilas Marinas. En esa balseada, recuerdo, participaron la patrulla Cuervos, que iban muy equipados, por cierto, participaron también los jefes y… no recuerdo quienes más.
La patrulla cuervos hicieron una balsa muy padre. Llevaron muchísimos palos de escoba y con ellos hicieron una impresionante construcción… le pusieron la base, hicieron una especie de corral para el “capitán”. Un hasta bandera… todo muy padre… sólo hicieron un pequeño error de cálculo… eran demasiados para tan pequeña balsa. Y como a los 3 metros de haber zarpado…
¡Se voltearon!
Este hecho lo recuerda muy bien mi mamá, porque como –se supone- eran los más experimentados, les encargué mis tenis (que no tenia mucho me los habían comprado) para que me los cuidaran y en el momento que se voltearon… allí se fueron mis tenis… junto con muchas de sus cosas, comida, etc., etc., llegué descalzo a mi casa… ya se imaginarán como me puso mi jefecita.
Nuestra balsa sólo eran tres pequeñas cámaras de llanta con una tabla encima. Claro que sólo éramos dos: Omar Jarra… digo Jara (Chacho) y yo. En ese entonces tenia yo como… 9-10 años, no sabia nadar bien, por lo tanto llevaba yo mi equipo reglamentario de seguridad: unos botes de cloro amarrados al pecho jajajajajaja llegué sin ellos, claro está.
La balsa de los jefes era enorme, hecha con grandes cámaras y cubierta con bambú. Muy padre también. (En esa ocasión chicle se cortó el bigote). La travesía de la balseada fue… de anécdota cada 100mts jejeje pero la resumiré con el hecho de que ¡ganamos! Los otros se atoraban en las ramas, se volteaban, etc, etc, etc… nosotros nos fuimos tomando ventaja hasta el punto de perderlos de vista y llegamos tranquilamente en ¡¡¡primer lugar!!!
Continuando con las balseadas..
Regularmente la travesía del río de la maquinaria terminaba en la represa donde se toma el agua para el canal. Pero en cierta ocasión quisimos ir más allá y llegar hasta la poza de “Ka”. El río iba algo crecido y llevaba bastante corriente. Todo transcurría bien y nos íbamos divirtiendo hasta que… un poco antes de llegar al “puente del diablo” en rancho Fermín las rocas eran ya más grandes y las balsas empezaron a chocar contra ellas, para este entonces ya varios iban independientes, cada uno montado en su cámara. Todos los que íbamos en balsas caímos bajo la fuerza de la corriente y las rocas, recuerdo que en mi patrulla hubo varios descalabrados después de que una piedra ponchara una cámara e hiciera que nos volteáramos… sólo continuaron los que iban en su propia cámara, pues era más fácil de maniobrarla. Metros adelante empezaron a salirse, pues ya era muy peligroso seguir. Sin embargo, ya ven que nunca faltaron los locos aventados, algunos siguieron… entre ellos Gonzalo Yañes… lo menciono porque, poco antes de llegar al puente, calló de la cámara y la corriente lo arrastró, y sucedió que una de sus piernas quedó atorada entre dos rocas, llevaba puestas unas botas largas que hacia que no pudiera zafarse, quedó colgado boca abajo en el agua y la fuerza de la chorrera le impedía salir y tomar aire. Ahí fue donde empezó el pánico… todos a correr por las orillas para alcanzarlo, muchos se metieron a tratar de ayudarle, pero unos no llegaban a él porque las corriente los hacia pasar de largo o simplemente no les permitía poder estar con las manos libres para ayudarle…. Hasta que… ¡milagro divino!… logró zafarse. Salió riéndose de nervios y todos, después del susto, empezamos a reír: ¡¡¡es la única vez que te hemos visto blanco!!! decían.
Nota del administrador: Todas estas anécdotas fueron enviadas del 18 al 27 de octubre del 2008 por el padre Marcos.
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