El tío Jaime Sabines ya para terminar su poema Me encanta Dios, escribe respecto a Dios que "dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja." Y ahora al ver todos los acontecimientos que están pasando dentro de nuestra casa verde, de nuestro hogar, a veces podríamos llegar a pensar que Dios si esta enojado, y en el fondo quizás decepcionado, triste. Pero si por un momento dejamos de aventar culpas, si tan solo por un instante tomamos la parte que nos corresponde de la responsabilidad, bien podremos darnos cuenta que muchas de los desastres naturales que hemos estado experimentando en los últimos meses, no son, sino quejidos de la tierra que "se agita y crece- cuando Dios se aleja" y no solo Dios sino todo lo bueno, correcto y honesto. Cuando las más mínimas muestras de compasión y cuidado a nuestro planeta las hemos olvidado. Cuando pregonamos que debemos dejar un mundo en mejores condiciones de lo que hemos encontrado, y sin embargo nos encontramos haciendo lo opuesto: demarres tóxicos en nuestros mares, emisiones de gas llevándonos al efecto invernadero y al descongelamiento de las capas glaciales, millones de toneladas de basura diarias, pruebas nucleares e implantación de guerras so pretexto para activar la economía. Mientras tu y yo, no tengamos la moneda para irnos a vivir a la luna, tendremos que sobrevivir en nuestra casa verde, y entonces ¿qué te parece si la empezamos a cuidar?
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