Hace 2500 años Hipócrates estableció lo que hasta nuestros días es conocido como el juramento médico. En él este médico griego da la siguiente sentencia “primum non nocere”, lo cual significa “ante todo, no hagas daño a sabiendas”.
Ninguna persona, sea cual sea su condición, su cargo, su situación económica o su profesión, puede garantizar a todos a quienes lo rodean, que en todo momento hará el bien, sin embargo lo debe intentar con todo empeño. Sin embargo, algo que sí puede garantizar, y comprometerse con lograrlo, es no hacer daño alguno a sabiendas, es decir dañar intencionalmente.
Es tan común en nuestro mundo, que observemos cómo la gente se esfuerza en crear planes para dañar a otro, ya sea por envidia, ya sea por simple maldad, ya sea por obtener poder. Sabemos bien que este comportamiento no es ético, sin embargo lo aceptamos. Sabemos que sólo generará la sensación de triunfo momentáneo. El que en lugar de colaborar con los demás en hacerlos crecer, en mejorar su desempeño, dedica su tiempo y su energía en dañar, al final, aunque crea que gana, en realidad está perdiendo.
Es muy común que tengamos el mal hábito de expresarnos mal de los demás, haciéndolo sobre todo cuando no están presentes. Consideramos, incluso, que aquel que renuncia a ello está “pasado de moda” o es “un inadaptado”. Los cafés más disfrutados son aquellos en los que todo mundo comenta y critica a aquel o aquellos que no se encuentran presentes. Este acto también falta al juramento hipocrático, se daña a alguien a sabiendas.
El que actúa así es sumamente injusto pues no da la oportunidad de defenderse a aquél que es sujeto a la crítica. Deja sin oportunidad de confirmar si aquello que se expresa es cierto o está basado simplemente en juicios de valor, o peor aun en rumores sin fundamento. El daño es mayúsculo. Habrá personas que alimenten su envidia hacia la persona criticada por lo que escuche de otros y habrá quienes disfruten contaminando la mente de otros.
“No hagas daño a sabiendas” debe ser una consigna para todo scout. La construcción de un mundo mejor sólo se puede lograr si procuramos el bien de quienes nos rodean, si en cada uno de nuestros actos buscamos dar testimonio de lo que significa ser scout y vivir conforme a la Ley Scout.
Ninguna persona, sea cual sea su condición, su cargo, su situación económica o su profesión, puede garantizar a todos a quienes lo rodean, que en todo momento hará el bien, sin embargo lo debe intentar con todo empeño. Sin embargo, algo que sí puede garantizar, y comprometerse con lograrlo, es no hacer daño alguno a sabiendas, es decir dañar intencionalmente.
Es tan común en nuestro mundo, que observemos cómo la gente se esfuerza en crear planes para dañar a otro, ya sea por envidia, ya sea por simple maldad, ya sea por obtener poder. Sabemos bien que este comportamiento no es ético, sin embargo lo aceptamos. Sabemos que sólo generará la sensación de triunfo momentáneo. El que en lugar de colaborar con los demás en hacerlos crecer, en mejorar su desempeño, dedica su tiempo y su energía en dañar, al final, aunque crea que gana, en realidad está perdiendo.
Es muy común que tengamos el mal hábito de expresarnos mal de los demás, haciéndolo sobre todo cuando no están presentes. Consideramos, incluso, que aquel que renuncia a ello está “pasado de moda” o es “un inadaptado”. Los cafés más disfrutados son aquellos en los que todo mundo comenta y critica a aquel o aquellos que no se encuentran presentes. Este acto también falta al juramento hipocrático, se daña a alguien a sabiendas.
El que actúa así es sumamente injusto pues no da la oportunidad de defenderse a aquél que es sujeto a la crítica. Deja sin oportunidad de confirmar si aquello que se expresa es cierto o está basado simplemente en juicios de valor, o peor aun en rumores sin fundamento. El daño es mayúsculo. Habrá personas que alimenten su envidia hacia la persona criticada por lo que escuche de otros y habrá quienes disfruten contaminando la mente de otros.
“No hagas daño a sabiendas” debe ser una consigna para todo scout. La construcción de un mundo mejor sólo se puede lograr si procuramos el bien de quienes nos rodean, si en cada uno de nuestros actos buscamos dar testimonio de lo que significa ser scout y vivir conforme a la Ley Scout.
Siempre listo para servir
Raúl Sánchez Vaca
Jefe Scout Nacional